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¿Hasta qué punto son importantes el audio y el vídeo de alta calidad para la productividad en el trabajo? Como ilustra un reciente anuncio de televisión, es absolutamente necesaria. En él, una ansiosa representante de ventas se pregunta qué ropa ponerse para una reunión. "Ponte algo que no sea una locura", le aconseja su amiga, que habla con ella a través de una aplicación de smartphone. "Recuerda: es una cena de negocios, no una fiesta de disfraces".
Por supuesto, gracias a la mala calidad del audio y el vídeo, la aspirante a ejecutiva lo oye y lo ve como: "Ponte algo loco. Recuerda: es una fiesta de disfraces", por lo que se presenta a la reunión completamente disfrazada.
Este anuncio subraya un principio fundamental de las conferencias corporativas: Su mensaje es tan bueno como la calidad de sus medios, y la calidad de audio y vídeo es fundamental para aumentar la productividad en el lugar de trabajo.
Estamos bombardeados por el sonido, todos los días, en todas partes. La clave está en entenderlo, y un concepto fundamental para el audio y la colaboración en el lugar de trabajo es la "inteligibilidad de la voz", es decir, poder entender perfectamente lo que se dice.
Hay muchos factores que pueden contribuir a que un entorno sea más o menos inteligible para el habla y, por tanto, a aumentar o disminuir la productividad en el lugar de trabajo. El nivel de ruido ambiental de una oficina, como el ruido del tráfico o de la maquinaria cercana, puede perturbar la capacidad de trabajo de los empleados. Según los CDC, una conversación típica ronda los 60 decibelios. Si el ruido ambiental supera ese nivel, la productividad en el lugar de trabajo puede verse gravemente afectada.
La reverberación, que se produce cuando el sonido rebota en superficies duras y reflectantes como paredes, suelos, ventanas o escritorios, puede crear ecos y dificultar el trabajo de los empleados.
Pero no todos los sonidos afectan negativamente a la productividad. Por un lado, un nivel moderado de sonido ambiente -que puede ser música de fondo o un zumbido continuo, como el de una rejilla de ventilación- puede favorecer la concentración. Por otro lado, demasiado ruido o los sonidos equivocados son contraproducentes. Un estudio fundacional descubrió que reducir el ruido en el lugar de trabajo aumentaba la capacidad de concentración en casi un 50% y disminuía los niveles de estrés de los empleados en casi un 30%. Mientras tanto, un audio de videoconferencia irregular puede perturbar la capacidad de los empleados para colaborar eficazmente, con la consiguiente pérdida de tiempo, energía y productividad en el lugar de trabajo.
El audio y el vídeo tienen cada uno sus requisitos para rendir al máximo, y cuando esto ocurre, también es mucho más fácil que la productividad en el trabajo alcance su nivel más alto.
Para los profesionales de TI, establecer un audio claro en el lugar de trabajo significa configurar las tecnologías que permiten a los empleados trabajar con eficacia. Las soluciones para la inteligibilidad de la voz en oficinas y otros entornos corporativos incluyen el uso de varios altavoces colocados más cerca de los participantes en las salas de reuniones, lo que reduce las posibilidades de que choquen con superficies reflectantes al propagarse.
Los altavoces montados en el techo son otra solución excelente, ya que reducen la reverberación si se colocan en el ángulo óptimo para el espacio. Para techos más altos de lo habitual, de más de 3 metros, se suelen recomendar altavoces colgantes, que los sitúan más cerca de los participantes sentados. En el caso de entornos reverberantes, el tratamiento acústico, en forma de material de absorción acústica, puede minimizar las molestias y distracciones si se instala en los lugares adecuados.
Las soluciones todo en uno, como el videobar, un dispositivo de conferencias USB que lleva audio y vídeo de primera calidad a un espacio a través de un único cable USB, pueden proporcionar todas estas ventajas de audio en un paquete optimizado. Con seis micrófonos de haz orientable, el Videobar VB1 de Bose Professional capta y canaliza el sonido desde todos los ángulos de la ubicación de los participantes en la conferencia, lo que permite una comunicación clara y sin distracciones.
La "agudeza" es la contrapartida visual del criterio de inteligibilidad del audio: la capacidad de ver claramente lo que se comunica. En vídeo, la resolución lo es todo. Recuerde cómo era la televisión antes de la era de la alta definición: una relación de aspecto 4:3 con sólo 480 líneas de resolución vertical. Después llegó la alta definición, con una relación de aspecto cinematográfico de 16:9 y 1.080 líneas de resolución. Hoy estamos un paso más allá con la tecnología ultra HD o 4K, con casi 4.000 líneas de resolución.
La calidad del vídeo y su repercusión en la productividad laboral se hicieron más patentes con el inicio de la pandemia de COVID-19, a medida que las oficinas pasaban de las reuniones presenciales a las videoconferencias en línea. A medida que más gente vuelve a las oficinas, las videoconferencias siguen utilizándose a un alto nivel, con más empresas que adoptan el lugar de trabajo híbrido y tienen en cuenta cualquier requisito de distanciamiento físico. La posibilidad de ver matices en los rostros de las personas -algo que las máscaras quitan a las reuniones en persona- lleva a las plataformas de vídeo a una dimensión superior a la típica videoconferencia prepandémica.
Hoy en día, las pantallas de vídeo han alcanzado un nivel de resolución excepcionalmente alto, por lo que su colocación es esencial. La altura cómoda de la línea de visión para los asientos dentro de un espacio determinado suele ser aproximadamente 1,5 veces la diagonal de la pantalla. Las soluciones todo en uno, como los dispositivos de videobar con cámaras 4K ultra HD y tecnología de autoencuadre, permiten a los empleados trabajar en espacios reducidos, salas de conferencias o de forma remota mientras ven claramente e interactúan fácilmente con todos los asistentes a la reunión.
Dado que la mayoría de las videoconferencias se realizan ahora por streaming, la calidad del servicio (QoS ) de las conexiones de Internet y LAN de las que son puntos finales es fundamental. Conseguir una calidad de servicio óptima para la videoconferencia se reduce a dos elementos clave: el ancho de banda (que depende de la escala de la empresa) y la gestión del tráfico. Las soluciones de calidad de servicio adecuadas pueden determinar si el tráfico entrante contiene datos de vídeo. Y pueden reducir en consecuencia otros servicios con mucho tráfico para garantizar que las videoconferencias sigan siendo de alta calidad.
Una calidad de audio deficiente puede distraer, y un vídeo poco claro puede resultar molesto. Establecer soluciones ágiles que permitan a los miembros del equipo hacer su mejor trabajo beneficia a toda la organización. Cuando la tecnología se configura para una experiencia de reunión óptima, las personas se sienten conectadas y como si estuvieran en la misma sala, lo que elimina la distancia como obstáculo para la productividad.
