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El sonido externo -el ruido- es tan omnipresente que a menudo no lo percibimos porque nuestro cerebro se dedica a mitigarlo de forma orgánica. Los habitantes de las ciudades ignoran subliminalmente el ruido de las bocinas de los coches, el estruendo de los camiones y el paso de los aviones. Nuestros cerebros incluso tienen en cuenta inconscientemente el llamado ruido ambiente, como el silbido de las rejillas de ventilación. Pero una vez que empieza una reunión, como saben la mayoría de los directores y responsables de TI, todo ese ruido puede convertirse de repente en el centro de atención. Por eso, la tecnología con funciones de filtrado de ruido nunca ha sido tan importante para las reuniones híbridas.
A menudo es fácil identificar y eliminar las fuentes individuales de ruido que distraen, como un reloj ruidoso o una silla que cruje. El ruido generado externamente, como el del tráfico, puede mitigarse mediante una combinación de barreras (como paredes insonorizadas o construcción de paredes aisladas) y tecnología (ya sea enmascaramiento acústico o reducción automática del ruido ambiental). El ruido interno, como el eco y la reverberación que interfieren en la inteligibilidad de la palabra, puede combatirse con una serie de técnicas o productos acústicos (como muros acústicos absorbentes o tratamientos del techo).
Algunas fuentes de ruido forman parte simplemente del propio proceso de la reunión: el golpeteo de varios teclados de ordenador portátil, los ventiladores de refrigeración del ordenador, la tos y los carraspeos, etc. Son sonidos de la vida, pero pueden llegar a distraer. Son los sonidos de la vida, pero pueden distraer. La videoconferencia puede exacerbarlos cuando se añaden ruidos acústicos y ambientales de espacios remotos que escapan al control del responsable de TI.
Con la ayuda de las tecnologías disponibles de atenuación de ruido, puede solucionar muchos de estos desafíos para promover entornos de reuniones remotas.
Antes de encontrar una solución técnica, hay que determinar el calibre acústico de la sala de reuniones. Para ello hay que medir su relación señal/ruido (S/N). En pocas palabras, es la diferencia entre el nivel de ruido del espacio y el nivel de sonido deseado, todo ello medido en decibelios (dB). Por ejemplo, se calcula que el nivel de voz típico es de unos 65 dB. En una habitación con 50 dB de ruido ambiente, la relación S/N es de 15 dB, mientras que una habitación con sólo 40 dB de ruido de fondo tiene una relación S/N de 25 dB. Por tanto, cuanto mayor sea el valor S/N, mejor.
El filtrado de ruido -o reducción y supresión de ruido- consiste en eliminar o mitigar el sonido no deseado del sonido deseado. Existen varias técnicas de reducción del ruido audible, entre las que destaca la dirección o formación de haces. Se trata de matrices de elementos de micrófono que pueden controlarse y orientarse mediante procesamiento digital de señales (DSP). Hay dos grandes tipos: En la dirección estática o pasiva del haz, el conjunto de micrófonos capta el sonido de una zona de cobertura especificada por la programación de la unidad DSP y rechaza el sonido de fuera de esa zona de cobertura. La formación de haces adaptativa-dinámica sigue los movimientos del sonido deseado, como el de un presentador que se desplaza entre pantallas dentro de una sala, sin dejar de sintonizar el sonido no deseado. Como es lógico, esto requiere un procesamiento más complejo.
Una mala calidad de audio es un perjuicio cuantificable para la calidad general de las reuniones, y el ruido -tanto si se origina en la sala de reuniones como fuera de ella- es una de las principales causas de una mala experiencia de audio. Un estudio publicado en el British Journal of Psychology demuestra cómo el ruido afecta negativamente a la productividad. Una calidad de audio deficiente durante las reuniones en línea obliga a los participantes a esforzarse más en escuchar. Esto no es tan positivo como parece, ya que da lugar a lo que se conoce como "escucha esforzada", que puede reducir la capacidad de recordar, aumentar los niveles de estrés y, en última instancia, provocar fatiga en las reuniones.
La tecnología con capacidades de filtro de ruido es una parte importante de la creación de entornos de reuniones híbridas de calidad.
Cada vez son más las soluciones compactas de videoconferencia que incorporan la tecnología beam-steering. Un ejemplo excelente es Bose Professional Videobar VB1, que cuenta con seis micrófonos beam-steering integrados que se centran automáticamente en las voces de la sala y rechazan el ruido. El Bose Professional VB1 integra un procesamiento de formación de haces estático y dinámico adaptativo que permite su uso en una amplia gama de tipos de salas. Además, se pueden programar hasta tres "zonas de exclusión" (áreas de una habitación en las que los micrófonos ignorarán cualquier sonido). Este rendimiento se ve reforzado por una función Auto-EQ que optimiza la respuesta en frecuencia del audio para todos los participantes en la reunión.
Junto con la reducción del eco acústico (el DSP que detecta las reflexiones de las paredes y los pisos, y anula electrónicamente el eco), estos son los tipos de funciones que los administradores de TI deben buscar en un sistema de reuniones híbrido para garantizar que se escuche el mensaje y no el ruido.
