Cómo solucionar el problema de la retroalimentación del sonido en la iglesia
- Coloque el micrófono en el escenario detrás del altavoz principal.
- Coloque los micrófonos de mano lejos del altavoz.
- Seleccione micrófonos con patrones cardoides o hipercardoides.
- Baje el volumen principal del sistema de sonido, silencie todos los micrófonos y vuelva a activarlos individualmente.
- Eliminar las frecuencias problemáticas.
El chirrido de un micrófono es el familiar y molesto sonido de retroalimentación, que puede ser especialmente molesto durante un servicio religioso. La retroalimentación es uno de los problemas más básicos y comunes de los sistemas de sonido, pero también uno de los más fáciles de solucionar una vez que se comprenden sus causas.
La retroalimentación es un término autológico que se explica prácticamente por sí solo. Cuando la energía de un altavoz se retroalimenta a un dispositivo de entrada acústica —normalmente un micrófono—, se crea un bucle sónico que produce un sonido aullante al pasar del micrófono al altavoz una y otra vez, reamplificándose constantemente. El tono de la retroalimentación puede variar desde un gemido bajo y continuo hasta un chillido agudo, dependiendo de las frecuencias que entran en el bucle. Ya sea alta o baja, toda retroalimentación sigue el mismo principio.
Cómo evitar la retroalimentación
La mejor manera de lidiar con la retroalimentación sonora es evitarla desde el principio. La solución más sencilla es colocar el micrófono de forma que no esté orientado hacia ninguno de los altavoces del sistema de PA. Colocar los micrófonos en el escenario detrás de los altavoces principales minimiza la posibilidad de que se produzca un bucle de retroalimentación. Cuando los altavoces están detrás del extremo receptor de un micrófono, la probabilidad de encontrar retroalimentación aumenta.
Los micrófonos diseñados para permanecer en sus soportes, como los que usan los coristas o coros, pueden colocarse teniendo en cuenta la ubicación de los altavoces. Los micrófonos de mano aumentan el alcance del intérprete en el escenario, pero también aumentan el riesgo de interacción con los altavoces del sistema de sonido. El simple hecho de informar a los vocalistas con mucha energía de esta posibilidad puede ayudar a evitar la retroalimentación.
Logísticamente, es más fácil mover un micrófono que un altavoz instalado. Sin embargo, dependiendo de la configuración de la iglesia, la posibilidad de retroalimentación puede estar incorporada en el diseño del escenario, por ejemplo, utilizando un sistema de empuje que coloca al pastor o artista frente a los altavoces. Además, el creciente uso de micrófonos inalámbricos de mano en el escenario brinda a los micrófonos vocales y de pastor más oportunidades de interactuar con los altavoces, incluidos los de monitor.
Una solución es seleccionar un micrófono según su patrón de captación. Un micrófono con patrón omnidireccional tiene un amplio campo de captura, lo que permite que una mayor cantidad de energía sónica fuera del eje llegue a su diafragma y genere problemas en el sistema de sonido. Los micrófonos con patrones cardioides (por ejemplo, los monitores de suelo de cuña situados delante de los micrófonos) están diseñados para rechazar el sonido procedente de detrás del micrófono, mientras que los que tienen patrones cardioide o hipercardioide son más eficaces para rechazar el sonido lateral.
La técnica más básica para lidiar con la realimentación es bajar rápidamente el volumen general del sistema de sonido, aunque debería ser el último recurso. En su lugar, identifique qué fuente de sonido la causa. Casi siempre es un micrófono vocal, pero las guitarras acústicas también son culpables ocasionales. Una vez que se sube el volumen general del sistema de sonido, se puede determinar qué micrófono causa el problema y silenciar todos los micrófonos de la mesa de mezclas, para luego volver a subirlos individualmente. La solución puede ser tan simple como reposicionar el micrófono o al vocalista, o bajar el volumen del monitor más cercano.
Bajar el volumen de un micrófono puede ayudar a evitar la retroalimentación, pero también significa que una voz importante podría no ser lo suficientemente fuerte. En ese caso, es hora de buscar soluciones más sofisticadas para la retroalimentación.
Otra solución es usar la ecualización para atenuar frecuencias problemáticas específicas. La ecualización puede cortar o amplificar frecuencias específicas. Dado que la mayoría de los problemas de realimentación en sistemas de sonido ocurren con micrófonos vocales, la atenuación de frecuencias por encima y por debajo del rango de frecuencia típico de la voz humana, con picos que oscilan entre 1250 Hz y 1600 Hz (1,2 a 1,6 kHz), permite la expresión vocal y reduce la posibilidad de realimentación. Esta atenuación se puede realizar en la consola de mezclas de FOH de una iglesia utilizando los controles de ecualización de los canales vocales.
Soluciones tecnológicas que ayudan a prevenir la retroalimentación
También existen soluciones tecnológicas para solucionar problemas del sistema de sonido, como la realimentación. El mezclador Bose T4S ToneMatch , por ejemplo, incluye ToneMatch Audio Engine , una tecnología patentada que optimiza la ecualización del sistema para preservar el sonido natural de instrumentos o micrófonos específicos. Los preajustes se calibran para adaptarse a las características de diversos tipos de micrófonos e instrumentos, optimizando su tonalidad natural y minimizando la posibilidad de realimentación.
También se puede compensar un nivel de volumen más bajo en un micrófono pidiendo al pastor o vocalista que se acerque al micrófono. Cada reducción a la mitad de la distancia entre los labios y el micrófono permite aproximadamente 6 dB adicionales de ganancia antes de la retroalimentación. Esta relación en física se conoce como la Ley del Cuadrado Inverso. Esto significa que la diferencia entre usar un micrófono a 5 cm y a 6 mm es de 18 dB, más del doble de volumen en la escala logarítmica de decibelios.
La retroalimentación es el principal problema del sistema de sonido, pero siempre se puede solucionar con las herramientas y el conocimiento adecuados.
La retroalimentación es la principal causa de problemas en los sistemas de sonido, pero se puede manejar con las herramientas y el conocimiento adecuados.