Detecte las señales de fatiga auditiva en la iglesia
Los niveles de volumen que dañan la salud auditiva generalmente se asocian con grandes conciertos, pero una gestión adecuada del sonido durante los servicios religiosos es importante para evitar la fatiga auditiva.
Signos de fatiga auditiva:
- Presión en los tímpanos
- Zumbido en los oídos
- Un dolor sordo en los oídos
- Dolores de cabeza
A todos nos han advertido sobre los peligros de la fatiga auditiva, aunque nuestros padres no la llamaran así. De adolescentes, probablemente todos subimos el volumen de la música al máximo y luego nos dijeron que lo bajáramos, lleváramos o no auriculares.
Los niveles de volumen perjudiciales para la salud auditiva suelen asociarse con conciertos multitudinarios, ya sea en interiores o exteriores, pero no suelen asociarse con lugares de culto. Sin embargo, una correcta gestión del sonido en iglesias es crucial para ajustar el volumen adecuado a cada espacio y garantizar el disfrute y la comprensión óptimos del público. Aquí explicamos por qué.
Reconociendo los signos de fatiga auditiva
Prevenir la fatiga auditiva es importante, y no solo para evitar la pérdida auditiva. Esta se manifiesta de diferentes maneras , como presión en los tímpanos, un dolor sordo en los oídos, tinnitus o zumbido en los oídos e incluso dolores de cabeza.
La sonoridad constante suele ser la principal causa, posiblemente por trabajar en un entorno como una fábrica o una obra en construcción. La sobreexposición a un solo rango de frecuencia, como unos graves muy altos en unos auriculares, también es una causa común. La sobreexposición a ruidos ambientales puede provocar problemas auditivos debido a la sobrecarga sensorial.
Puede que no sea obvio que los servicios religiosos semanales puedan tener un impacto negativo en la audición. Pero una gestión adecuada del sonido en la iglesia es fundamental no solo para la claridad de la palabra hablada y la música, sino también para la salud auditiva de los feligreses y de sus pastores.
Comprender cómo actúa el sonido en un lugar de culto y utilizar la tecnología adecuada puede ayudar a prevenir la fatiga auditiva.
Satisfacer a una audiencia
Los espacios de culto varían tanto como sus asistentes. Al pensar en un servicio religioso, puede que nos venga a la mente un antiguo edificio construido expresamente para tal fin. Sin embargo, hoy en día, muchos servicios religiosos modernos se celebran en edificios no tradicionales, por lo que la gestión del sonido en las iglesias se ha vuelto más compleja. Estos espacios pueden incluir centros comunitarios, auditorios escolares y almacenes reutilizados. Muchas iglesias de nueva construcción están diseñadas como instalaciones multiusos. Pueden ser utilizadas por otros grupos comunitarios o incluso alquiladas para eventos y así financiar el mantenimiento de las instalaciones.
La gestión del sonido en las iglesias hoy en día requiere comprender el comportamiento del sonido, así como su gestión y difusión. Esto es importante para la distribución de la música, como la de los diferentes servicios religiosos, así como la palabra hablada y la oración. Los instrumentos musicales no deben ahogar el sonido de una banda o coro, y la palabra hablada debe ser comprendida por igual por un público sentado a diferentes distancias del frente del espacio.
Las iglesias modernas suelen tener varias generaciones de asistentes compartiendo un espacio. Por lo tanto, la gestión del sonido en la iglesia debe equilibrar la inteligibilidad y el volumen. Un volumen más alto no siempre es mejor. La música o la palabra hablada no deben incomodar a los feligreses mayores ni a los niños pequeños.
Independientemente de las características del lugar o la congregación, la gestión adecuada del sonido de la iglesia debe considerar la salud auditiva, mejorar la experiencia de los servicios y apoyar el crecimiento de la comunidad de la iglesia.
Busque experiencia en acústica y tecnología de sistemas de sonido
Una gestión eficaz del sonido en una iglesia comienza con la comprensión del espacio, ya sea que se haya construido específicamente para celebrar servicios o como un lugar multiusos para diversas actividades.
Quizás una nueva iglesia se construyó teniendo en cuenta la acústica. Idealmente, la gestión del sonido de la iglesia debería ser eficaz utilizando la menor tecnología posible. Además, implica mucho más que equipar el espacio principal de culto. Muchas iglesias cuentan con salas para jóvenes, espacios secundarios de silencio, salas de conferencias e incluso espacios al aire libre. También existen soluciones de videoconferencia y opciones para que quienes no puedan asistir puedan participar en los servicios.
Actualizar un sistema de sonido supone una inversión de capital considerable, por lo que es importante recordar que no todos los espacios de culto son iguales. La gestión del sonido en una iglesia no solo se centra en la acústica del espacio. También debe considerar los paneles de insonorización en las paredes, las soluciones de audio para el techo y cómo la forma del edificio afecta la distribución del sonido.
Si hay una medida clave a considerar en la gestión del sonido en una iglesia para mitigar la fatiga auditiva, son los niveles de decibelios (dB). Mientras que un concierto de rock puede alcanzar los 120 dB, un servicio religioso no debe superar los 80 dB . Un promedio de 65 a 70 dB durante el servicio puede ayudar a mitigar la fatiga. Un nivel superior provoca pérdida de concentración y posible daño auditivo.
Puede ser tentador optar por un nivel de dB aún más bajo para mayor seguridad, pero la gestión del sonido en una iglesia consiste en encontrar el punto óptimo que permita a todos escuchar las conversaciones y la música con comodidad. Si las personas se esfuerzan para oír, también puede provocar fatiga auditiva y cerebral. Procure un nivel de escucha promedio de 25 dB por encima del ruido de la sala; esto requiere comprender los niveles de ruido ambiental existentes. Generalmente, un rango bajo de 60 dB debería ser adecuado para escuchar. Si el sistema de sonido debe superar los 68 dB para que los feligreses puedan escuchar, es probable que haya un problema de ruido.
Dado que cada edificio y espacio de culto es diferente, es recomendable solicitar una evaluación a un experto en sistemas de sonido para iglesias. Ellos son quienes mejor comprenden la acústica de un espacio para diseñar un sistema de gestión de sonido que incluya a todos los miembros de la comunidad, ayudando a prevenir la fatiga auditiva y a mejorar la participación.